El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) está a la vanguardia al contar con todas las alternativas terapéuticas disponibles y aprobadas en México para el tratamiento de los diferentes grupos y tipos de hipertensión arterial pulmonar (HAP); es de difícil diagnóstico y cada causa amerita un manejo diferenciado.
El Director General, Pedro Zenteno Santaella, destacó que el instituto es pionero en la incorporación de terapias específicas avanzadas para algunos tipos de HAP primaria, lo que ha permitido en los últimos 15 años aumentar la sobrevida de pacientes, que antes era de 2.4 años y ahora es de 10, en condiciones de calidad.
Al respecto, la neumóloga del Hospital Regional “1° de Octubre” del Issste, con alta especialidad en enfermedad pulmonar intersticial (EPI) y en HAP, Guadalupe Espitia Hernández, precisó que las terapias blanco que dispone la institución son medicamentos específicos que actúan sobre distintos mecanismos de algunas variantes.
“Actualmente, atendemos pacientes que han pasado por diversas estrategias de tratamiento y están cumpliendo alrededor de 12 o 13 años de sobrevivencia bajo estrecha vigilancia médica a cargo de equipos multidisciplinarios altamente calificados”.
La HAP, abundó, es un síndrome que agrupa una serie de padecimientos caracterizados por falta de aire, coloración azul de dedos y boca, algunos soplos cardíacos, hinchazón de manos y pies; además, puede acompañarse de falla cardíaca y, de no tratarse a tiempo, puede provocar la muerte.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la HAP en cinco grupos y esto va a depender de su origen y de la manera en como se tratan.
El grupo I integra las variantes de HAP idiopáticas o de causa desconocida, que incluye una serie de daños a la salud, que van desde alteraciones genéticas, formas familiares del padecimiento y un segmento importante de pacientes con HAP precapilar idiopática, asociada a enfermedades como VIH; cardiopatías congénitas del tipo comunicación interauricular o interventricular, a las cuales se vincula como complicación altamente letal.
“Su diagnóstico es muy importante, porque hasta este momento, es la única variante para la cual existe terapia blanco específica efectiva, a la cual tienen acceso los derechohabientes del Issste y, en los últimos años, ha logrado modificar la sobrevida de los pacientes”, enfatizó la especialista.
También, existe la forma poscapilar de HAP en el grupo II, que involucra patologías derivadas del corazón izquierdo, como infarto agudo al miocardio y quienes, aparte de esta, presentan algunos tipos de insuficiencia cardíaca. Se trata de la forma de HAP más común en todo el mundo y su manejo consiste en tratar a la enfermedad que desencadena la insuficiencia.
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El grupo III son pacientes con HAP sumada a daños en los pulmones, como, por ejemplo, enfisema o fibrosis pulmonar idiopática.
En el grupo IV se ubican variantes de este síndrome asociadas a la enfermedad trombótica crónica, la cual provoca desarrollo de artropatías, cuestiones que dañan las articulaciones. En este segmento, existen estrategias de tratamiento quirúrgico y, en el caso de pacientes no operables, se dispone de terapia de anticoagulación y manejo farmacológico.
Los pacientes con HAP del grupo V obedecen a causas sistémicas, por ejemplo: cáncer de pulmón, afectaciones de tiroides e insuficiencia renal, que incrementan la presión dentro de las arterias pulmonares, pero su origen se encuentra en estructuras fuera del pulmón.
En el nuevo Issste, el centro de la discusión, las acciones y la asignación de recursos es la salud de los derechohabientes, por lo que se seguirá procurando la disposición de efectivos tratamientos para quienes sufren este complejo síndrome, concluyó la neumóloga.
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