En el contexto del regreso a clases presenciales en varias partes del país, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recomienda a las madres y los padres de familia que reestablezcan las rutinas y reglas previas al confinamiento por la pandemia causada por el COVID-19, a fin de cuidar la higiene del sueño de niñas, niños y adolescentes.
La doctora Eunice Itzel Valle Arteaga, subdirectora médica del Hospital de Psiquiatría “Morelos” Ciudad de México, señaló que después de un periodo vacacional o un confinamiento donde se relajaron algunas reglas, se deben recuperar horarios y rutinas habituales de 10 a 15 días antes del regreso a las actividades comunes, lo cual permitirá regular el sueño en los menores.
La doctora Valle Arteaga explicó que el sueño es un proceso fisiológico extremadamente importante en niños y adolescentes, porque necesitan tener un buen descanso en su desarrollo físico y del sistema nervioso central, el cual es muy activo en diversas partes de su vida.
Comentó que las alteraciones del sueño van ligadas a trastornos afectivos en la mayoría de las ocasiones; por ello, al presentarse cambios importantes en la conducta de los menores, los padres deben de atender estos indicadores en sus hijos para desarrollar las medidas básicas de higiene del sueño.
Valle Arteaga aconsejó establecer una rutina semanal en donde el menor goce de un horario en familia, en la ingesta de sus alimentos, destinada a levantarse y asearse, vestirse, lavarse los dientes, y en caso de asistir a sus clases en aula revisar que la mochila cuente con los materiales escolares, además de contar con un horario de traslado a la escuela.
Añadió que al concluir la actividad escolar se pueden implementar medidas higiénicas para cuando el niño regrese a casa, como inmediato retiro de la ropa, bañarse antes de entrar en áreas comunes, cambiarse de vestimenta, hacer énfasis en el lavado de manos, sanitización de artículos escolares, entre otros.
La subdirectora de la Unidad Médica Complementaria de Alta Especialidad reiteró que de acuerdo al horario manejado en cada hogar, a niños y adolescentes se les deben establecer hábitos para comer en familia, ayudar a lavar los trastes y otras actividades en donde pueda colaborar.
Abundó que posteriormente se deben realizar las tareas escolares, contar con horario para juegos y uso de dispositivos electrónicos, actividades donde en la medida de lo posible se involucre a la familia. Después de esto, se establece otra rutina que involucra el descanso en la cama.
“Ya que se terminaron todas las actividades, siempre es bueno que los niños o adolescentes se acostumbren a hacer un examen de las cosas favorables y del aprendizaje que tuvieron durante el día y esto compartirlo con los padres”, consideró.
La especialista del IMSS indicó que tras el lavado de dientes, ponerse el pijama y tener alguna interacción adicional, como leer un cuento, se procede al descanso del menor y se debe procurar sea un sitio cómodo, seguro, con temperatura adecuada, sin iluminación artificial y lo más oscuro posible.
Explicó la importancia de explicarles que la cama es para dormir, no debe ser asignada en juegos, ver televisión o en tener conversaciones de una duración prolongada. Además, es muy importante que los adultos den ejemplo de mantener disciplina en este tipo de rutinas.
La doctora Itzel Valle subrayó que los papás deben de estar atentos si existe alguna alteración en los patrones del sueño de manera súbita en sus hijos, en su conducta, rutinas, en la relación con las personas con quienes más convivencia tienen, se encuentre irritable, no tiene el mismo rendimiento.
También el carecer de medidas básicas de higiene del sueño puede provocar en niñas, niños y adolescentes incremento de peso, ronquidos durante la noche, demasiados despertares, pesadillas y que no descanse.
La subdirectora del Hospital de Psiquiatría “Morelos” Ciudad de México manifestó que en los casos donde se presenten estos síntomas y no tengan relación con los límites previamente establecidos, es decir la asignación de rutinas, se debe buscar la atención de un especialista para el niño o el adolescente.
“El médico familiar se encargará de hacer una evaluación del contexto del entorno del infante o adolescente y contrastar ésta con la situación de dinámica familiar, y de detectar algún tipo de disfunción o de necesidad de inicio de tratamiento, lo va a derivar ya sea consulta de psiquiatría o psicología”, dijo.
Agregó que en el IMSS ya se están dando las consultas de psiquiatría y psicología, a través de la regularización de sus servicios en todas las unidades, por ello invitó a los derechohabientes que requieran atención en la materia acudan para ayudarles a sus hijos.
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